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10 de septiembre de 2025, 13:57
Campesinos denuncian pérdidas en sus reses tras confiar en un conocido administrador de fincas. Una historia que está generando indignación en Girardot.
En la fotografía aparecen Juan Carlos Ortiz Arias (camisa a rayas y gorra azul), junto a sus hermanos Luis Geovani Ortiz Arias (camisa blanca) y Camilo Andrés Ortiz Arias (camiseta vinotinto). La familia Ortiz Arias es conocida en Girardot y su imagen se presenta aquí como parte de una historia que ha generado discusión pública en torno a la administración de ganado en la región.
En Girardot (Cundinamarca) crece la preocupación ciudadana por las denuncias contra Juan Carlos Ortiz Arias, reconocido en la región por dedicarse a la ganadería y arrendamiento de fincas de gran extensión. Lo que en principio parece un negocio legítimo y común en el sector agropecuario, se ha convertido, según las víctimas, en una presunta estrategia para quedarse con el ganado que recibe en confianza. De acuerdo con testimonios recogidos, Ortiz Arias recibe reses bajo la figura de administración, cobrando por cabeza. Sin embargo, después de un tiempo deja de responder a los propietarios, evitando entregar cuentas claras y, en algunos casos, asegurando que los animales han fallecido sin mostrar pruebas de lo ocurrido. Esta práctica ha dejado a campesinos y pequeños productores en situaciones críticas, al perder lo que para muchos representa su único patrimonio.
Lo más preocupante para la ciudadanía es que Juan Carlos Ortiz Arias no es un desconocido: es hermano de los actuales concejales electos de Girardot, Luis Geovani Ortiz Arias (Partido Liberal) y Camilo Andrés Ortiz Arias (Partido Creemos). Esta relación familiar ha despertado debate público sobre la transparencia y los valores de quienes rodean a los representantes políticos locales. El denunciante, víctima directa de estas presuntas irregularidades, anunció que interpondrá una denuncia penal ante la Fiscalía por abuso de confianza y abigeato, así como acciones civiles para recuperar lo perdido y exigir una indemnización por los perjuicios causados. La comunidad exige que las autoridades competentes investiguen a fondo este caso y que los ciudadanos estén atentos a quiénes entregan su ganado, recordando que la confianza mal depositada puede terminar en graves pérdidas. Esta denuncia busca visibilizar una realidad que afecta al campo y que, por su vínculo con figuras políticas, merece toda la atención pública.
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